UNA BECARIA EN LA TV.

Nuestra siguiente historia es mucho más normal de lo que parece.

Se trata de una becaria que entró de prácticas en una televisión.

Llegaba cada mañana, con su café y su periódico bajo el brazo, y entraba sonriendo y saludando a todos los periodistas, hombres mayores y cansados de dar malas noticias día sí y día también. Mujeres más preocupadas en su maquillaje y su vestuario, que en regalar sonrisas a sus compañeros. Ella era un soplo de aire fresco en un cargado ambiente de trabajo, te suena, ¿verdad?

Había un periodista en especial, un veterano presentador del tiempo, que ensayaba delante de la cámara y se fijaba, vaya si se fijaba en la jovencita becaria. Se ponía nervioso con verla, se le olvidaban las temperaturas y las poblaciones… ese aroma a juventud que te inyecta colágeno en tu piel.

El tímido presentador del tiempo la miraba de reojo, sin decir nada se lo decía todo. La deseaba como nunca habia deseado a una mujer, ni tan siquiera a la suya, soñaba con quitarle la ropa poco a poco, homenajeando a un cuerpo perfecto. Lamiendo su piel sedosa, besando sus jugosos labios, acariciando su suave pelo, haciéndola mujer en la mesa de los informativos.

Tenía que tener cuidado, porque presentar el tiempo con una erección no sería políticamente correcto.

Nuestra jovencita becaria se fijó, en que cuando ella pasaba, con fotocopias y documentos, el presentador del tiempo se incomodaba y se ponía las manos en los bolsillos del caro traje cogiendo firmemente su miembro que empezaba a empinarse. ¡Oh, Dios Mío! Pensó ella… yo le gusto… que tierno…  Una historia de hombre maduro con becaria jovencita… como en una película. Eso a ella le gustó y empezó a jugar con él, qué carai, pensó, él puede enseñarme cosas que los niñatos de la universidad no saben. Se sentía desbocada, como un caballo salvaje, juguetona ella empezó a coquetear con el veterano presentador.

Se puso su mejor perfume, abrió un botón de su blusa y se acercó al hombre para preguntarle algo de su guion, para él fue algo impensable… Soy el hombre del tiempo, el hombre que nadie mira, solo lo quieren para saber si mañana lloverá o seguirá la sequía. Y esa becaria, de largo pelo rubio, perfume embriagador y belleza juvenil se acercaba a él. ¿Será posible? ¡Me ha tocado la lotería! Con su mano tocó la ruda mano del hombre y él se estremeció, ella sabía que ese hombre era diferente, era especial… le dijo ven y se fueron al cuarto de las escobas… Sí lo sé, poco romántico, pero no hablamos de romanticismo, hablamos de placer, cerraron la puerta y él se quedó parado, ella llevó el mando, le abrió la camisa y empezó a devorarlo, mientras sus manos de iban al pantalón, sin esperar sobresalió el miembro del presentador, venoso y potente buscando sentirse lamido y ella bajó la cabeza y empezó a chupar y el veterano presentador no daba crédito, rodeado de lejías y detergentes pensó, mi aroma favorito a partir de ahora y empezó a perder el sentido, miró abajo y sí esa belleza estaba dando sorbos de su jugo, de su fluido, y él, generoso, la levanto y le dijo que el quería tambien… le subió la falta y le bajó el tanga… y empezó a saborear su sexo, ese sexo casi virginal, con poquito vello, lo justo para que él enloqueciera y ella aún más, y así estuvieron 5 minutos o 100, da igual…

Con una sonrisa, la chica me dijo, escríbelo en la web, seguro que algún amigo de la agencia se sentirá identificado.